En los actuales momentos donde el factor permanente es el cambio, el principal desafío de las empresas es la definición estratégica, éste aspecto debe responder y debe estar alineado a las nuevas formas de competencia surgidas por el cambio en las condiciones económicas nacionales e internacionales. Los procesos de apertura y desregulación, obligan a las empresas a enfrentar modalidades de competencia global con otras empresas nacionales y del exterior. En consecuencia, para permanecer, y aún más, crecer en el mercado, las empresas se ven obligadas a considerar en su estrategia todos los niveles de acción. En términos generales la estrategia debe contemplar el siguiente enfoque:
Orientación de negocios: A través del diseño de una estrategia de portafolio, que permita penetrar y desarrollar el mercado y los nuevos productos.
Diversificación e integración. Esto implica el desarrollo de una perspectiva de procesos y capacidades.
Estructura de Negocios: Enmarcado hacia la visión de que cada negocio genere valor para la corporación como un todo.
Orientación de Gestión: Liderazgo. Define prácticas en términos de relación con clientes externos e internos con la connotación de compromiso. El objetivo es entregar al cliente una mayor calidad. Diferenciarse.
Orientación de Cambio: Significa promover una permanente innovación dentro de la organización para que se desarrollen nuevas y mejores prácticas de negocios, incluyendo las herramientas gerenciales y las innovaciones tecnológicas.
Existe una clara la necesidad de definir una estrategia que se anticipe a los cambios, y mantenga a la empresa vigente en el tiempo. No obstante, como consecuencia de la globalización y la apertura comercial, dicha estrategia debe ser sensible a incluir en ella la innovación tecnológica. Arie de Geus en su libro “La Empresa Viviente, Hábitos para Sobrevivir el Turbulento mundo de los Negocios” presenta un estudio de treinta empresas exitosas en el mundo (ubicadas en Norte América, Europa y Japón, de las cuales 27 se encontraron bien documentadas) destaca como primera observación o punto común entre ellas que “las empresas son sensibles a su entorno, éstas deben adaptarse y aprender. Las caracteriza un comportamiento que les permite renovar a la empresa generación tras generación y mantenerse en el tiempo”. Es por ello, que hoy en día las empresas deben ser capaces de manejar de forma rápida y eficaz las innovaciones en materia de estrategia que se requiere para generar las nuevas tecnologías y los productos y servicios que distinguen a la nueva manera de competir. También nos encontramos con una nueva plataforma de hacer negocios: e-business. Para entrar bien sea a competir o realizar cualquier transacción en ese mercado es necesario contar con tecnología y además estar preparados para ello.
Es de vital importancia que se tenga claro cuál es el desafío competitivo: la estrategia debe contemplar el cómo competir, y sobre todo, debe identificar el futuro para hacerlo posible. “No se puede mirar el futuro como una continuación del pasado… porque el futuro va a ser diferente. Y realmente tenemos que lograr desaprender nuestra manera de manejar el pasado para poder manejar el futuro” afirmó Charles Handy.
El éxito de la estrategia dependerá de cómo tan efectivamente ésta pueda manejar los cambios que se presenten en el mercado: competencia y demanda. La globalización y los cambios tecnológicos están creando nuevas formas de competencia, las reglas están cambiando en muchos sectores, los mercados se están volviendo más complejos e impredecibles, a todo esto se suma el flujo de información en un mundo totalmente interconectado, lo que permite a las empresas detectar brechas y reaccionar frente a los competidores más rápido. Es importante interpretar las señales actuales y optar por un futuro en el que prevalezca la evolución de los modelos actuales. Y más aún, es imperativo que el punto central de la estrategia competitiva sea la capacidad de manejar eficazmente las innovaciones tecnológicas.
(*) Egresada de la especialización Gerencia de Operaciones del IESA