La actitud emprendedora

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POR:Martin Alonso Vega  27 / 08 / 2012
Se habla en los últimos tiempos de emprendimiento. En las aulas de clase de las instituciones educativas a todo nivel, en las diferentes entidades gubernamentales que buscan el desarrollo social y económico de los estados, en las tertulias de los académicos, en la estructura filosófica de muchas organizaciones no gubernamentales, en la China y en la Conchinchina, en la Seca y en la Meca; con tal importancia que se ha convertido es un área trasversal en el conocimiento y en la academia a nivel mundial; a tal punto que toda universidad tiene una unidad de apoyo al desarrollo académico basada en el emprendimiento. Se visualiza en una actitud emprendedora la generación de una mejor calidad de vida para toda la humanidad, partiendo de la creación de nuevas formas de generar ideas e ingenios que procuren la resolución de las necesidades de los individuos, como primer paso para alcanzar el bienestar colectivo. Rico que las personas de todo el mundo coincidamos, sin pretenderlo, solo por mentalidad colectiva, en un concierto sobre un tema como este, digo rico por sus buenas intenciones. Pero esto no es casualidad. Como tampoco podemos decir que solo unas personas pueden ser emprendedoras, mientras otras jamás lo serán.

No es casualidad porque la actitud emprendedora es un talento dado por DIOS a toda persona, desde el día sexto de la creación. En los versículos 27 y 28 del primer capitulo de Génesis leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Si se lee todo el capitulo 1 encontraremos que la actitud de Dios en la creación fue desde todo punto de vista emprendedora, analizando sus actos partieron de lo mas sencillo hasta lo mas complejo y solo descansó al terminar. De todo lo que creó solo al hombre lo hizo a su imagen y semejanza, es decir que todas las características que en Adán puso para lograr su semejanza, una es la actitud para emprender. La razón es simple, Dios le encomendó al hombre tareas para que administrara toda la creación. Así que todas las personas no solo podemos actuar de una forma emprendedora sino, que estamos obligados a ser emprendedores.

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